El minimalismo y el desorden han cobrado un gran auge en los últimos años. De simples prácticas de orden se han convertido en verdaderas filosofías de vida. El movimiento minimalista va mucho más allá de la «limpieza de primavera» y nos invita a analizar en profundidad nuestra relación con los objetos y el consumo. Para muchos, se trata de centrarnos en lo esencial y liberarnos de lo superfluo. Si quiere adoptar un estilo de vida más ligero, menos desordenado y más saludable, este artículo es para usted.
En este artículo exploramos :
El minimalismo es un movimiento que aboga por la reducción voluntaria de las posesiones materiales. La idea es deshacerse de todo lo que no proporcione una utilidad real o una satisfacción duradera. En otras palabras, se trata de conservar lo esencial y eliminar lo superfluo, para dejar espacio tanto a lo físico como a lo mental.
El minimalismo contemporáneo tiene sus raíces en diversos movimientos filosóficos y religiosos, como el budismo y el estoicismo, que valoran la simplicidad. Sin embargo, fue en las décadas de 1960 y 1970 cuando surgió realmente como movimiento cultural, sobre todo en el ámbito de las artes. En la década de 2010, el minimalismo adquirió una dimensión más amplia gracias a los medios de comunicación y a ciertos autores o personas influyentes (sobre todo Marie Kondo, Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus).
Una famosa frase del arquitecto Mies van der Rohe resume la esencia del minimalismo: «Menos es más». Este planteamiento sugiere que reducir el número de objetos y elementos en tu espacio vital ayuda a crear una atmósfera más serena y funcional.
El minimalismo no consiste sólo en ordenar el desván o el garaje. Es un auténtico arte de vivir que se extiende a distintos ámbitos:
Adoptar un enfoque minimalista ofrece una serie de ventajas que van mucho más allá del simple ahorro de espacio en el hogar.
Un entorno desordenado puede ser estresante, ya que cada objeto que sobra llama la atención. Al reducir el número de objetos a su alrededor, también aligera su carga mental. Un interior despejado favorece la concentración, la relajación y la creatividad.
Menos pertenencias significa menos tiempo dedicado al orden, la limpieza y el mantenimiento. En el día a día, este ahorro de tiempo es considerable: encontrará más fácilmente lo que busca y evitará perder horas clasificando objetos innecesarios.
El minimalismo te anima a comprar menos, pero mejor. A la larga, ahorras en compras frívolas e inviertes en objetos de calidad y más duraderos. Tus finanzas se vuelven más estables y puedes gastar tu dinero en experiencias o proyectos más gratificantes.
Reduciendo el consumo y la clasificación, también puedes reducir tu huella ecológica. Compras menos objetos que se fabrican y transportan, y tiras menos. El minimalismo fomenta la reutilización, el reciclaje y el upcycling, contribuyendo a un estilo de vida más respetuoso con el planeta.
Un espacio de trabajo despejado, libre de distracciones, estimula la concentración. Puede sumergirse en sus tareas sin verse constantemente interrumpido por elementos visuales que le distraigan. El resultado: mayor productividad y más calidad en lo que haces.
Ordenar es el primer paso práctico para adoptar un estilo de vida minimalista. Aquí tienes algunos métodos y consejos para empezar.
En primer lugar, es útil saber exactamente lo que tienes. Haz un inventario de tus posesiones, habitación por habitación, para tener una visión de conjunto. Así sabrás cuánto has acumulado a lo largo de los años.
La forma clásica de clasificar consiste en dividir los objetos en tres montones:
Algunas personas añaden una cuarta pila de «Por decidir más adelante» para los artículos de los que aún no están seguros, para no quedarse atascados.
Popularizado por Marie Kondo, el método KonMari consiste en ordenar por categorías (ropa, libros, papeles, etc.) en lugar de por habitaciones. Para cada objeto, nos preguntamos si «nos da alegría». Si la respuesta es negativa, le damos las gracias y nos desprendemos de él. Este enfoque introspectivo nos ayuda a reconectar con el valor emocional de nuestras posesiones.
Ordenar no siempre significa tirar cosas. Al contrario, es una oportunidad para donar, vender o reciclar. Así contribuirás a un uso más racional de los recursos.
He aquí algunas ideas:
Una vez que hayas ordenado, es hora de replantearte el almacenamiento. Utiliza cajas, estanterías modulares, separadores de cajones, etc. El objetivo es facilitar el acceso a cada objeto y asignarle un lugar preciso.
Una vez iniciada la fase de desorden, puede extender este enfoque a otros aspectos de su vida cotidiana.
La ropa suele ser una de las principales fuentes de desorden. Adopta la técnica del armario cápsula: confecciona un guardarropa minimalista con unas pocas prendas versátiles y de calidad. Ahorrarás tiempo por las mañanas y reducirás la cantidad de ropa que tienes que lavar, planchar o guardar.
Para evitar volver a caer en el desorden, fíjate unas reglas sencillas:
Gracias a las herramientas digitales, ahora es posible almacenar documentos, fotos y vídeos en línea o en discos duros externos. Digitalizar sus papeles administrativos libera espacio en sus archivadores. Sin embargo, asegúrate de hacer copias de seguridad de tus archivos en varios soportes para evitar cualquier pérdida.
Invertir en tiempo de calidad (viajes, cursos, salidas culturales) en lugar de en bienes materiales es una de las piedras angulares del minimalismo. Los recuerdos no abarrotan la casa y proporcionan un enriquecimiento personal más duradero.
Pasar de un estilo de vida basado en la acumulación a otro minimalista no está exento de obstáculos.
Algunos objetos tienen un gran valor sentimental. Puede resultar difícil desprenderse de ellos. Prueba el siguiente método:
Muchas personas dudan en deshacerse de un objeto por miedo a necesitarlo en el futuro. Una estrategia consiste en guardar temporalmente en una caja cualquier cosa de la que no estés seguro. Sella la caja y anota la fecha. Si no has abierto la caja al cabo de seis meses o un año, es muy probable que su contenido ya no te resulte imprescindible.
Nuestra sociedad suele valorar la posesión y la novedad. Ir a contracorriente puede ser malinterpretado por quienes le rodean. Explicar tus motivaciones y demostrar tu nuevo bienestar puede tranquilizarles e incluso inspirarles.
El self-storage puede parecer paradójico en un contexto de decluttering. Pero es un excelente compromiso para quienes quieren adoptar un estilo de vida más minimalista sin renunciar a todo.
El autoalmacenamiento puede utilizarse como espacio temporal para las pertenencias de las que aún no sabe si debe desprenderse. Puedes guardar estos objetos de forma segura, experimentar la vida sin ellos y decidir qué hacer con ellos más adelante.
Esquís, adornos navideños, material de camping… Algunos objetos sólo se utilizan en determinadas épocas del año. Guardarlos fuera de casa te permite mantener el interior despejado y, al mismo tiempo, disponer de tus pertenencias cuando las necesites.
Tanto si vives en un piso como en una casa, el espacio suele ser escaso. Con el self-storage, puedes optimizar tu hogar para tu comodidad, manteniendo a mano las cosas que quieres conservar.
Antes de una mudanza, resulta especialmente útil utilizar un trastero. Podrá preparar sus cajas poco a poco, sin verse abrumado por objetos por todas partes. Del mismo modo, si piensas reformar o renovar tu casa, el self-storage facilita la transición y protege tus pertenencias durante las obras.
Stockeet es una empresa de autoalmacenamiento con sede en Aclens (a 15 minutos de Lausana, en el cantón de Vaud) que puede ayudarle con sus proyectos de desorden y estilo de vida minimalista. ¿Quieres hacer espacio en tu casa sin tirarlo todo? Stockeet le ofrece soluciones de almacenamiento adaptadas a sus necesidades y a su presupuesto.
El minimalismo y el desorden son mucho más que una moda: responden a una necesidad profunda de redescubrir el espacio, el tiempo y la serenidad en un mundo a menudo demasiado agitado. Al adoptar este enfoque, poco a poco :
Sin embargo, desprenderse de todas sus posesiones no siempre es la solución. Algunos objetos pueden ser indispensables en determinadas épocas del año o tener un valor sentimental al que no está dispuesto a renunciar. En este contexto, el autoalmacenamiento que ofrece Stockeet representa una excelente alternativa. Puede seguir adelante con su planteamiento minimalista conservando la posibilidad de recuperar sus pertenencias en caso necesario.
¿Listo para dar el paso hacia un estilo de vida más minimalista? Ponte en contacto con Stockeet para :
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